Review: True Blood y su sexta temporada


SPOILER ALERT: este post revela detalles de la trama de True Blood.


Hace ya tiempo que cejé en mi empeño de hacer una comparativa integral entre la serie "True Blood" y la saga que dio origen a la serie: "The Southern Vampire Mysteries", de Charlaine Harris. Desde el primer momento Alan Ball dejó claro que no iba a hacer una réplica de las novelas y contentar así a las  sedientas fans de los vampiros de Louisiana. Pero por lo que sé, pocas se quejan de la línea que ha decidido tomar la serie, ya que a cambio proporciona unas dosis de sangre, sexo y violencia que la han convertido en la ficción vampírica más descarada y surrealista de la televisión. Pero viendo el resultado de esta última temporada, me pregunto qué tal habría cuajado la trama reflejada en la sexta novela, mucho más jugosa que la que nos deja la serie y con nuevos personajes que no le vendrían nada mal. 


Bill ahora es Billith


Esta es la primera temporada que produce HBO sin su creador, Alan Ball; pero no creo que su marcha sea el motivo de de tan flojo resultado. Durante la quinta, el creador de "A dos metros bajo tierra" llevó el mando de la serie y no le fue mucho mejor: empezó resolviendo misterios tejidos durante las cuatro primeras temporadas pero se estancó, a mitad del verano, con la dichosa sangre de Lilith y la Autoridad Vampírica; y si pensábamos que el cliffhanger con el que terminó Bill cubierto de sangre y poseído por Lilith auguraba una buena sexta temporada, nos equivocábamos. Pocos episodios fueron suficientes para que nos diéramos cuenta de que la historia no iba a ninguna parte: Bill, en su condición de semidios —a  partir de ahora Billith, suscitó interés durante menos tiempo del que le duran los novios a Sookie. En seguida se convirtió en un irritante secundario sin motivación, que se encerró en casa en vez de idear un plan decente que salvara a su raza de la extinción. Sookie, por su parte, tardó apenas unos cuantos episodios en convertir al asesino de sus padres en su nuevo amante (a veces que un personaje se quite la camiseta es todo lo que necesita esta serie para mantenerlo en plantilla). Por desgracia, las tramas secundarias, que normalmente cumplen el papel de hacer de contrapunto de los "serios" problemas que acosan a los protagonistas, tampoco estuvieron a la altura en esta ocasión. Quizás podría salvarse, por simpática, la historia de Andy y sus hijas con progeria, pero el resto de tramas están tratadas de un modo tan superficial que resulta casi imposible interesarse por el futuro de sus personajes. 


Warlow es el nuevo fichaje, pero se lo cargan en un abrir y cerrar de ojos



Por suerte, algunos episodios no tienen desperdicio. Gracias a Eric Northman, el vampiro que lleva ya dos temporadas protagonizando los mejores momentos de la serie, puedo decir que esta última no fue un fiasco total. En un alarde de inspiración, los guionistas decidieron hacerlo partícipe de la única trama decente: el gobernador de Louisiana harto ya de los vampiros y con una venenosa Sarah Newlin susurrándole al oído decide abrir la veda y encerrar a cada ser supernatural que se encuentre en el campamento de los horrores. Eric, a la vista de que Billith está en casa teniendo visiones y no hace nada por evitarlo, decide salvar a los suyos cueste lo que cueste y sin ayuda. Esto nos deja con momentazos que casi nos hacen desear que Sookie y Bill abandonen la escena para siempre: la creación de su nueva hija, Willa; la horrible muerte de Nora, o el disfraz de ornitólogo nerdy con el que se planta en el despacho del gobernador.



Billith teniendo una visión de las suyas



El último episodio, "Radioactive", es un claro ejemplo de lo mal encaminada que estuvo la temporada y de la necesidad de sacarse las tramas flojas de encima: a Warlow lo matan en un abrir y cerrar de ojos, Bill pierde sus poderes sin mayor explicación y Sookie vuelve a estar sola. Pero no por mucho tiempo, porque la necesidad de cambio aprieta y, por primera vez, los guionistas no ven otra opción que dar un salto temporal ¡de seis meses! para emparejar con un abracadabra a Sookie y Alcide, convertir a Bill en un escritor best-seller, pasar del Merlotte’s a Bellefleur’s, hacer de Sam un alcalde y llenar la ciudad de vampiros zombies infectados de Hepatitis V. Sí, en Bon Temps seis meses dan para mucho, incluso para resolver problemas de guión de forma acelerada y encontrarle novio a Sookie (qué chica más cansina).



Eric Northman, tomándose unas merecidas vacaciones después de salvarlos a todos



Entonces, ¿por qué la productora ha dado luz verde a una séptima temporada? Pues porque "True Blood", pese a tener momentos de bajón y unas inconsistencias de guión que ni las películas turcas de serie B, sigue sacando nadie sabe de dónde momentos épicos que te hacen volver a adorarla, escenas disparatadas que vuelven a engancharte a un personaje, situaciones bizarras que ninguna otra serie puede igualar y… a Alexander Skarsgård,  que salva la temporada cuando ya no le queda cuerda (aunque hayan amenazado con cargárselo). Así se explican sus más de cuatro millones de espectadores por episodio, su Globo de Oro, sus récords de audiencia en HBO y las ganas del fandom de una ración de sangre fresca semanal. Y mientras haya sed, la serie dará sangre


"True Blood" se emite en Canal + 1, en DUAL, los jueves a las 21.30









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