5 errores que Antena 3 no debe cometer con "Rising Star".


Antena 3 está igual que ABC en Estados Unidos, ambas buscan un talent show musical sea capaz de hacer frente al terremoto que supuso La Voz en la parrilla televisiva. El elegido no ha sido otro que el formato israelí Rising Star, en el cual el jurado no tiene la palabra, sino que ésta vuelve al público. Pero esta vez se dejan de lado las engorrosas llamadas y SMS y se opta por una app móvil que permitirá al votante incluso aparecer en directo en la gran pantalla a la que se enfrentan los aspirantes a cantante. 

Y es que en Rising Star, los participantes cantan frente a un gran muro negro que sólo se levantará cuando consigan el 70% de votos positivos. Estamos ante un concepto, a priori, inteligente pero que ha demostrado en su versión estadounidense ya estrenada que si no se hila bien, el programa se puede llenar de agujeros. A ello hay que sumarle el propio concepto de televisión en España, que puede hacer de este concurso el rival más débil. A continuación os presentamos 5 errores que Antena 3 debe evitar si quiere que Rising Star brille:

1. El presentador

En casi todos los talent shows nos encontramos a la figura del presentador relegada a un mero trámite. Sí, en los talents los protagonistas son los cantantes y las personas que los juzgan, pero es el presentador el encargado de dar ritmo al programa, sobre todo cuando algún jurado no da la talla a nivel de espectáculo televisivo. Por tanto, no hay que descuidar esta figura dándole el honor de presentar Rising Star a cualquier profesional random que salga barato. 

El presentador también juega en el aspecto diferenciador del programa. A veces se tiende a dar formatos así a grandes profesionales de la casa, pero poner a Manel Fuentes o Paula Vázquez puede perjudicar a Rising Star, viéndose como un nuevo intento de llamar a la audiencia de Tu cara me suena o directamente como el hermano del fallido El número uno. 

2. El jurado

El nivel de internacionalización de nuestra industria musical es relativamente escaso y el que lo consigue no tiene un precio barato. Por eso siempre estamos viendo a personajes como David Bustamante, Mónica Naranjo o Rosario Flores entre los jurados de los talents españoles. No es malo escoger jurados así, es malo repetirlos en diferentes formatos. Por tanto, se debe huir de personajes manidos y buscar otros que llamen la atención, sepan dar juego y actúen como profesionales.

Esto descarta completamente a personajes como Carolina Cerezuela, Carolina Ferre, Florentino Fernández y un largo sinfín de jurados que no entienden de lo que están juzgando. También se debe huir de jurados desconocidos a menos que éstos se acaben convirtiendo en famosos personajes como en su día fue el, hoy en día, aclamado Risto Mejide.

3. El casting

Me parece muy bien que la primera expulsada de Operación Triunfo 5 o el ex-miembro de una boyband que no pasó de la tercera gala en Factor X busquen una segunda oportunidad ¿pero significa eso que el talento en España se ha agotado? No. ¿Entonces por qué siempre dejamos pasar a los mismos? Rising Star debe buscar nuevas voces, nuevos personajes que se ajusten a la nueva identidad musical en España y no tienen que tener miedo a innovar en este sentido. 

Eso no quiere decir que haya que eliminar de raíz estilos propios españoles como el flamenco pop, pero sí supone darle la importancia necesaria a todos los estilos. No puede ser que en una misma gala, tres personas canten por Los Chunguitos y se deje fuera a la pobre muchacha que quería cantar un tema de Lana del Rey.

4. La infraestructura y el ritmo

Admitámoslo, en España somos un poco chapucillas para estas cosas y un formato como Rising Star no puede permitirse ni un solo fallo a nivel tecnológico o interno. Un fallo el primer día y el formato está muerto. Es por eso que la estructura sobre la que se asienta el programa debe estar bien calculada y comprobada. Estamos hablando de un programa que no es para verlo, es para ser partícipe de él y el simple hecho de que la aplicación se cuelgue puede mandar el formato en el que tanto has invertido a la papelera.

De la misma manera que un programa aburrido no lo vuelve a ver nadie. Comprendemos que tenéis que rellenar 2 horas de prime-time con este talent, pero a nadie le interesan los videodramas de 10 minutos con la madre del protagonista contando que su hijo cantaba muy bien El corro de la patata cuando tenía 5 años. Un formato como Rising Star está aquí para que juzguemos a los cantantes, no sus vidas personales.

5. La parrilla

Ponerlo el mismo día que La Voz sólo por el mero hecho de ver quién la tienen más grande (la audiencia, claro) es una estrategia que, ya les adelanto a los directivos de Antena 3, NO va a funcionar. De la misma forma que tampoco funcionará si tratamos al programa como un rellena-huecos y lo manda directo a los viernes o si lo infla a anuncios haciendo de las dos horas de gala algo eterno que se estira hasta las 2 de la mañana.

El éxito o no de Rising Star depende de la suerte pero siempre es mejor jugar con todos los factores a favor para pegar el petardazo. ¿Seguirá Antena 3 nuestros consejos o se lanzará a la aventura de otro fracaso? Próximamente en vuestra televisión.




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