Review: "Looking", vidas interesantes.
Muchas expectativas se había creado el público LGBT ante la llegada de Looking a HBO, una serie creada por el novato Michael Lannan. Algo bueno tenía que haber visto el canal premium por excelencia para confiar una serie a alguien que apenas había demostrado su talento. A ello, se le sumaron las ganas del público gay por tener una serie basada en esta temática desde el final de Queer As Folk.
Sin embargo, desde el principio se nos dijo que no esperáramos algo parecido a la serie de Showtime, sino algo más bien cercano a la Girls de Lena Dunham que tanto parece gustar (salvo a un servidor). Sin embargo, Looking tampoco se define por las pautas de la serie con la que ha compartido noche, sino que ha sabido encontrar su propia voz en un producto que ha encandilado al (poco) público que la ve.
Lo que se ve
Así de primeras, la sinopsis no parece llamar demasiado la atención. Un grupo de chicos que tienen en común su homosexualidad viven sus vidas en San Francisco. Sin más ¿verdad? De hecho, seamos sinceros, el piloto es flojo, no engancha y no hace que empaticemos con ninguno de los tres protagonistas principales. Sin embargo, es todo un acierto que cada capítulo apenas dure unos justitos 30 minutos, porque a pesar de tener un inicio poco prometedor, nos hace darle una segunda oportunidad a la serie protagonizada por Jonathan Groff.
Una vez que hemos pasado por el primer bache, todo va a mejor. Nos adentramos en materia, vemos como son verdaderamente los personajes y como se van dibujando sus vidas. Porque efectivamente, en esta serie no vamos a encontrar grandes giros de guión ni cliffhangers que nos dejen al borde de un estado catatónico. Estamos ante una serie costumbrista, nosotros decidimos si las vidas de este trío de amigos nos interesan o no. Y la respuesta con el paso de los capítulos es un rotundo sí.
A ello ayuda la excelente elección de casting al no buscar chicos excesivamente guapos o apolíneos físicamente hablando, al crear diferentes formas de pensar y al mostrar una visión diferente de la homosexualidad en televisión, una visión mucho más natural. Porque en Looking, la sexualidad de los personajes es lo menos importante. Los guiones no se basan en ese hecho. Sí, vamos a ver a chicos teniendo sexo (light, apenas se ve algún culillo) pero si miramos más allá veremos que la trama no se basa en el drama de ser gay, sino en el drama no encontrar el amor correspondido. Junto a ello se le unen el intenso grupo de personajes secundarios que hacen de la serie algo aún más apetitoso (a destacar la amiga mariliendre de Dom, Doris, que pasará a ser regular en la segunda temporada).
Lo que no debería verse
Pero Looking no está exenta de fallos. Al episodio piloto que ya hemos comentado que provocó que la serie fuera in crescendo, se le unen otros pequeños detalles. En primer lugar, algunos detalles de guión sobran. Hablo sobre todo de la trama de Agustín y el "hombre de compañía", tan inviable como poco estimulante para el espectador, haciendo que se quedase como un recurso para meter a un rubio con abdominales en la serie. También vemos como alguna relación acaba estando bastante forzada, sobre todo en el episodio final de temporada. En general son puntos menores pero que merman la calidad del producto en una serie que se basa en la empatía y la credibilidad para llegar al público.
A ello hay que sumarle la previsibilidad de las tramas. Avanzar por el mundo de Looking es saber qué va a pasar en cada momento, poder discernir qué lo que va a ocurrir en una escena solamente con los primeros momentos. Esto, aunque puede jugar a favor de la serie, también puede jugar en contra, sobre todo si la obviedad se vuelve hastío ante los ojos del espectador.
Lo que debería verse más
Y finalmente, hay cosas que nos gustan. Mucho. Y que deberían ser parte de la segunda temporada de episodios. Confirmado ya por el creador, tendremos mucho más acento británico de Kevin (interpretado por Russell Tovey), un personaje que puede dar mucho juego y más tras los eventos del último episodio, dejándonos en el aire el cómo decidirá actuar. También deberíamos tener más dosis de la familia de Patrick, es con ellos cuando Looking se marca el mejor episodio de la temporada (concretamente el penúltimo).
Pero sobre todo, estamos ansiosos por ver si la segunda temporada será capaz de superar a la primera, que a pesar de empezar de puntillas, ha acabado pisando fuerte, en una serie protagonizada por homosexuales pero que no exclusiva para este colectivo.
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