En defensa de las Spice Girls
Casi todos los recuerdos de mi niñez están asociados a las Spice Girls. Tenía solo 6 años cuando se colaron en mi casa en forma de CDs, diademas, posters y cintas de vídeo y ahí se quedaron durante tres años, ni más ni menos. Tres años son un periodo inmenso, un tercio de mi vida hasta entonces, de la vida de todos los niños de mi edad y es a todos nos encantaban las Spice Girls. Parece increíble, pero éramos tan pequeños y sabíamos cosas como que Mel B tenía un piercing en la lengua, que Mel C era del Liverpool o que la madre de Geri era española. No éramos conscientes de hasta qué punto lo estaban conquistando todo, pero recuerdo perfectamente imaginar que venían a buscarme a la puerta del colegio y que nos llevaban a mí y a mis amigos al McDonalds. Algo tan simple como imposible, y que sin embargo nos pasaba un poco a todos. Las Spice Girls cantaban y bailaban, pero su éxito residía en que todos quisiésemos conocerlas de un modo u otro: su entusiasmo era su principal atractivo, el secreto de su éxito.
Geri, Emma, Victoria, Mel B y Mel C. No cantaban especialmente bien — tampoco terriblemente mal — y con el baile otro tanto de lo mismo, pero eran muy inteligentes. Potenciaron sus diferencias hasta crear las imágenes con las que serían conocidas: la pelirroja, la pija, la deportista. Eso las convirtió en cierto modo en un dibujo animado, en personajes fácilmente reconocibles. Estas personalidades se escenificaban en todas partes, desde videoclips hasta la forma de posar en fotos o la forma de vestir. Todos teníamos una Spice Girl favorita — y una a la que no podíamos ver delante — , y sabíamos cómo imitarla. Su consigna además era "girl power", es decir, poder de las chicas, que gritaban mientras hacían el gesto de la paz con las manos, daban patadas al aire, saltaban o se reían de forma estridente. Ese era el otro elemento que atraía a su público más joven e inocente: eran amigas y se lo estaban pasando en grande, aunque las adolescentes quizá ya comprendiesen el girl power como una consigna feminista simplificada. Según las Spice Girls, una mujer podía — y debía — vestirse como quisiese, pintarse como quisiese y comportarse como quisiese siempre que lo hiciese por ella misma, porque ella se sentía bien y no para impresionar a ningún chico. Las letras de sus canciones sustentaban esta teoría: en "Wannabe" le decían al supuesto candidato sentimental que para poder ser pareja de alguna de ellas tendría que llevarse bien con todas sus amigas. Dejaban claro, pues, que lo importante en la vida eran cosas como la amistad, la diversión, los sueños y la familia (quién no recuerda el rollo sentimentaloide de "Mama"). El amor también, pero sin perder el respeto por una misma y valorando la independencia propia. Un mensaje positivo teniendo en cuenta el alcance que tenían y que podrían haber vendido casi cualquier cosa. En aquellos años eran los adultos los que censuraban cosas como su vestimenta o cuestionaban su autenticidad, eran ellos los que aplicaban el escepticismo y la mirada crítica, los niños solo recibíamos la esencia del mensaje, a fin de cuentas lo importante.
Un mensaje que continuó extendiéndose a la siguiente generación, la de los 2000, que tuvo a Destiny's Child como abanderadas con Beyoncé a la cabeza, que ha construido su carrera y su imagen en la idea del girl power. Destiny's Child han admitido en varias ocasiones la influencia de las Spice Girls ejercieron sobre ellas mientras crecían, y se nota: "Bills, Bills, Bills", "Survivor", "Independent Women Pt.1", "Girl", "Irreplaceable", "(Who Run The World) Girls" son solo algunas de las canciones más populares de Destiny's Child y Beyoncé y todas utilizan el mismo lenguaje. Un lenguaje que se va perdiendo con el paso del tiempo y a día de hoy casi nadie asume como suyo, y para muestra un botón: Taylor Swift. La popularidad de Taylor Swift en la actualidad sería equivalente a un fenómeno de masas de los noventa, sin embargo su carrera está construida sobre una idea radicalmente opuesta al girl power. No es que Taylor Swift hable del amor con frecuencia, el amor es bonito y la música es una bonita manera de expresarlo. El tema es que Taylor se muere cada vez que su novio la deja, su vida gira en torno a esta idea, única y exclusivamente, pero como ella es más comedida y más angelical que las Spice Girls es considerada de forma general un ídolo más aceptable para una niña pre adolescente. La gran desgracia de las Spice Girls fue que muchos se quedasen en la superficie, en las plataformas, las mechas y los escotes sin pararse a analizar que quizá el mensaje era otro, o que quizá esta libertad a la hora de vestir era parte del mensaje. Quizá sin más se dieron cuenta pronto de que lo mejor para llamar la atención era enseñar piel y luego si eso gritar "girl power" a todas las cámaras y a todos los reporteros, a todos los niños y los adolescentes del momento. Un poco como esos carteles de "SEXO. Bien, ahora que tengo tu atención...".
Pero no solo de feminidad hablaban las Spice Girls, de hecho no se callaban ni debajo del agua. A diferencia de los artistas pop de hoy en día, que son entrenados para ser políticamente correctos y para evitar temas controvertidos, ellas si metían la zarpa en un tema la metían hasta el fondo. Geri llegó a decir que Margaret Thatcher era "la Spice Girl original", algo que las otras cuatro se apresuraron a negar. Tras una entrevista concedida en 1996 a Spectator Magazine se declararon contrarias, entre otras cosas, al euro, la Unión Europea en general, la política de impuestos de Tony Blair y el candidato del partido laborista por aquel entonces, John Major. "Es un aburrido", llegó a decir Victoria. "La única cosa buena que tiene es que como no tiene personalidad tampoco está escondiéndose tras una fachada de mentira". El eco que trajo estas declaraciones propició que se llegase a debatir sobre el "voto Spice" en el parlamento británico, tal era la influencia del grupo en los votantes jóvenes. Y es que si alguien las amó y odió a partes iguales fue su país natal, aunque el fervor fue tal que poco podían hacer sus detractores. Ellas, monárquicas y siempre patrióticas pasearon la bandera por todo el mundo y fueron uno de los pilares importantes del movimiento "Cool Britannia", que nació a mediados de los 90 con motivo del resurgimiento cultural de Londres. Oasis, Blur, Suede o The Verve fueron otros de los pilares de este movimiento, pero sin duda la imagen que mejor lo representa es el vestido de Geri en los Brit Awards del año 1997, que fue recientemente votado el momento más icónico de la historia de los premios.
Las Spice Girls en los Brit Awards de 1997
Su influencia cultural es innegable y la musical, otro tanto. Aparecieron en una época en la que dominaban las boybands y convirtieron el panorama musical en un monopolio femenino, con grupos como All Saints, Attomic Kitten, B*Witched, Sugababes, Girls Aloud, The Saturdays o Little Mix continuando la tradición de girlband británica tras ellas. A día de hoy han vendido más de 80 millones de discos en todo el mundo, convirtiéndolas en el grupo femenino más exitoso de la historia y el grupo británico más exitoso tras los Beatles. Casi 30 de esos millones pertenecen a "Spice", su disco debut, que también es el disco más vendido de la historia por parte de una girlband. Este disco era el que incluía temas como "Wannabe", "2 Become 1", "Who Do You Think You Are?" o "Say'll You Be There", todos ellos llegaron a número 1 y el primero lo llegó a ser en 30 países. Tras "Spice" vino "Spiceworld", que también fue número 1 así como todos sus singles, exceptuando "Stop", que se quedó a un peldaño. Después de esto Geri abandonó el grupo, que sacó un tercer álbum, el desconocido "Forever", repleto de esencia dos mil y sin la chispa de antaño, pero que también consiguió llegar a lo más alto. En su corta existencia como quinteto recibieron todo tipo de premios, entre ellos cinco Brit Awards, dos Ivor Novello, tres American Music Awards y les dio tiempo a filmar una película, "Spiceworld: The Movie", éxito en taquilla en 1998.
Spice Girls en Cannes presentando Spiceworld: The Movie, 1997
Si por algo se caracterizaron los 90 no fue necesariamente porque las cosas fuesen buenas o malas o porque esto importase lo más mínimo, sino por ser coloridas y brillantes. Crecer en los noventa implicó crecer en una década económicamente boyante a nivel mundial, pre-internet para la mayoría, pre-telebasura. Es la última década de los fenómenos de masas a lo grande, como ya no han vuelto a verse, ya no solamente en lo musical. Desde Michael Jordan hasta Titanic, cuando algo triunfaba lo hacía de manera desmesurada y en technicolor. Las Spice Girls, los Backstreet Boys, Aqua, Cartoons, Bom Bom Chip y Mónica Naranjo fueron los artistas que dominaron la escena pop durante esos años, y todos ellos se caracterizan por ser visualmente cautivadores. Mónica Naranjo tenía el pelo a dos colores, los videoclips de Aqua eran de estética totalmente cartoon, los Backstreet Boys bailaban en la mansión de Casper y así con todo. La década de los dos mil fue seca y gris en comparación, o quizá lo que fue apagando esos colores que semejaban tan vibrantes fue el simple hecho de crecer.
Las Spice Girls en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres, 2012
Como todo, la fiebre Spice se acabó. Su momento pasó, y como suele ocurrir con lo salido de los 90, aquellos niños crecieron y renegaron, durante un tiempo, de las cosas que solían encantarles. Nos volvemos adultos y repetimos lo que decían nuestros padres, nos volvemos cínicos y agrios, no nos creemos su amistad ni sus risas ni su aparente alegría y por supuesto renegamos de su mensaje. Es ley de vida, nuestros gustos evolucionan y quizá descubrimos que lo que queremos, lo que realmente queremos es el indie, soul o el rock, y es posible que si nos preguntasen dijésemos que es preferible una infección de oídos antes de volver a oír "Say'll You Be There" — aunque luego la bailemos como el que más cuando nos la ponen por sorpresa — . Pero por mucho que dudemos, lo cierto es que quince años después todavía siguen ahí. Algunas son cantantes, otras diseñadoras de prestigio, alguna trabaja en la radio y otra escribe libros o colabora con la ONU. Podrían haber sido sin más unas one hit wonder del montón y sin embargo su reunión y gira en 2007 fue todo un éxito y siguen teniendo la suficiente relevancia como para actuar en la clausura de los Juegos Olímpicos y ser la guinda de la noche; o para que dediquemos estas líneas a recordar esas melodías grabadas a fuego en nuestra conciencia colectiva, esas personalidades caricaturescas y esas risas. La risa feliz de Mel B con la que empieza su primer disco, "Spice": risa que se contagia y que nos hace recordar un tiempo en el que las chicas picantes lo fueron todo, aunque fuese durante un momento. Larga vida.
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