"Los juegos del hambre: En llamas" y la semilla de la revolución








Esta segunda entrega de la saga escrita por Suzanne Collins vuelve a contar con Katniss (la popular Jennifer Lawrence) como protagonista absoluta, con Peeta (Josh Hutcherson) como su fiel Golden Retriever, y con Gale (Liam Hemsworth) como el chico al que no le queda más remedio que hacerse a un lado. Y a pesar de este triángulo amoroso que poco aporta a la saga, "En llamas" tiene una calidad y un ritmo muy superiores a su antecesora. 

Esta vez, Katniss Everdeen tiene una vida muy distinta a la que vimos en "Los juegos del hambre". Con la confianza de haber ganado la 74º edición de los Juegos y de saber que nunca más volverá a sufrir de nuevo la experiencia, vive tranquila con su madre y su hermana Prim. Pero pronto ella y Peeta tienen que abandonar el Distrito 12 para embarcarse en la Gira de la Victoria: un recorrido por los 12 Distritos que termina en el Capitolio, y durante el cual tienen que continuar con la farsa amorosa que iniciaron durante los Juegos. El Presidente Snow (Donald Sutherland) dirige ahora las vidas de estos dos adolescentes, a los que no les queda más remedio que jugar bajo las reglas del Capitolio si quieren mantener a sus familias a salvo. 


La campaña de marketing ideada por el presidente se viene abajo en cuanto Katniss y Peeta se presentan ante el resto de distritos donde, sin quererlo, sembraron la semilla de la revolución. Katniss es un símbolo de lucha y esperanza para los habitantes de Panem que, hartos del statu quo, se vuelven en contra del sistema. El gobierno decide poner punto y final a la revolución con el habitual en las distopías: represión y miedo. Pero mientras tengan a Katniss tendrán esperanza, y eso es algo que el Presidente Snow no está dispuesto a permitir...

Katniss y el sinsajo son el símbolo del cambio


Así se sientan las bases de "Los juegos del hambre: En llamas", una secuela que le da mil vueltas a la que comenzó esta saga juvenil. En esta no sólo vemos a una Jennifer Lawrence más madura, más grande tras los éxitos cinematográficos cosechados (Oscar incluido); también vemos el cambio propiciado por el nuevo equipo: Simon Beaufoy ("Slumdog Millionaire") sustituye a Billy Ray en el guión, y Gary Ross ("Pleasantville") le cede la silla a Francis Lawrence, un director con mucha más experiencia en acción, que es el ingrediente principal de este film. 


Katniss y Peeta lo tienen crudo


Lawrence y Lawrence forman un tándem de éxito y consiguen añadir a la película lo que le faltó a la primera: contexto y drama. "Los Juegos del Hambre" no puede basarse sólo en la supervivencia de los chicos que están dentro de la Arena; ha de basarse en la supervivencia de todo Panem: la lucha diaria, la represión, el miedo y el cambio. La película arranca de forma fantástica precisamente porque nos muestra esta inquietante realidad, oculta en la primera película. Gracias a Lawrence (actriz), vemos el miedo de Panem reflejado en el trauma de Katniss que, como es lógico, sufre de TEPT tras la horrible experiencia vivida durante los Juegos. Gracias a Lawrence (director), vamos anticipando las consecuencias de lo que se va cociendo en la primera mitad y, antes de que acabe la película, ya esperamos con ansia ver la tercera entrega.


Jennifer Lawrence interpreta a una Katniss fuerte y carismática


Luego llega la segunda mitad de "En llamas", la de los Juegos, y aquí Jennifer Lawrence no desaprovecha la oportunidad de lucirse: por fin se muestra como una auténtica heroína, más diestra con el arco que antes; y consigue (junto a unos actores secundarios a la altura de las circunstancias) que el ritmo sea trepidante. Ellos salen de un peligro para meterse en otro mientras el espectador atiende a las oscuras maniobras de Snow y su mano derecha, el maquiavélico Plutarch. Y teniendo en cuenta que la película es no recomendada para menores de 13 y, por lo tanto, hay que cortarse con las dosis de sangre y violencia, Francis Lawrence consigue que sólo en contadas ocasiones nos parezca que la acción es un tanto comedida. 

Son dos horas y media de metraje que no resultan excesivas, y además son necesarias para sentar las bases que no encontraron hueco en el primer largometraje y que serán esenciales para el desarrollo del tercero. "Los juegos del hambre: En llamas" tiene todo lo que se le puede pedir a esta adaptación; se disfruta de principio a final y eleva la categoría de una saga que, quizás, empezó de manera un tanto floja.  


Por Amartrey








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