Elysium: ¿seguro que es ciencia-ficción?







Normalmente desconfío de las películas que ya se consideran “todo un éxito” antes de ser estrenadas, y por eso pasé el verano evitando “Elysium”; pero al final, una mezcla de culpabilidad por no ver el nuevo trabajo de Blomkamp y de curiosidad por saber si estaría a la altura de “District 9” me hizo ver la dichosa cinta. Decepción.

La historia es la siguiente: en el año 2159 la Tierra está superpoblada y los recursos escasean. La mayoría de la población malvive en nuestro planeta, mientras que los ricos y poderosos habitan en la estación espacial Elysium, un edén en el que la tecnología es muy superior a la de la Tierra y la política de inmigración es más rígida que en Suíza. Max es un trabajador de Los Ángeles que acepta una misión casi imposible, pero que podría poner fin a la diferencia de clases. 

Todavía no entiendo por qué Blomkamp, que tanto trabajó para llegar al día en que estrenó “District 9”, decidió ponerle un disfraz de ciencia-ficción a un blockbuster veraniego con más tiros que sentido común. Al director no le falta talento: antes de su opera prima trabajó como diseñador de efectos para series como “Smallville”, desarrolló campañas tan rompedoras como la de Citroën C4 y dirigió los cortometrajes de “Halo” (y con uno se llevó el Gran Premio del Festival de Cannes). Este año, con “Elysium”, se quedó muy por detrás de la calidad de sus proyectos, y por múltiples razones.


Max en una de las tropecientas e interminables escenas de acción


La principal razón de que la película se desmonte (especialmente al final) es que está basada en premisas poco estables. Por una parte, lo que motiva al protagonista, Max (interpretado por Matt Damon), se pierde hacia la mitad del film; es un simple McGuffin, una excusa para desarrollar el resto de la cinta. Por otra parte, la base de este mundo ficticio es poco consistente; el universo de Elysium está lleno de incongruencias. Por ejemplo: aunque Delacourt (Jodie Foster) se enorgullezca de la seguridad, alta tecnología y calidad de vida de los moradores de Elysium, lo cierto es que pone todas sus esperanzas de evitar la llegada de inmigrantes en un solo hombre, Kruger (Sharlto Copley), un paramilitar que lanza misiles desde la Tierra. En cada casa hay una máquina capaz de curar desde una quemadura hasta un cáncer terminal, pero Elysium no cuenta con una barrera que la proteja de visitantes indeseables. ¿Y por qué no? Por el mismo motivo en el que se excusan todos estos errores de cálculo: porque si no, la película no seguiría. Terrible.


¿Qué se puede esperar de una película que iba a tener a Eminem de protagonista?


Si comparamos "Elysium" con la opera prima de Blomkamp, todo pinta aún peor. Para "District 9" el realizador confió en un guión potente, una campaña de marketing viral excelente y la decisión de abandonar los clichés de ciencia-ficción y centrarse en una narración nueva y original. Con estos ingredientes no es raro que el mismo Peter Jackson decidiera producirla. En "Elysium" cambió de estrategia: personajes arquetípicos (una supervillana y un héroe sin matices), una historia de amor de relleno y un guión flaquísimo que intenta compensar con un montón de efectos especiales y acción muy cara (nótese que su mujer no fue coguionista esta vez). Las comparaciones son odiosas pero inevitables. Mientras que “District 9” se apoya en un protagonista que evoluciona, que nos hace pasar del profundo odio a la más triste empatía, el prota de “Elysium” es un compendio de todos los clichés heroicos que uno pueda imaginarse. La crítica social es muy básica en esta última, una alegoría repetida hasta la saciedad en filmes anteriores; “District 9”, por el contrario, es un vehículo de crítica que invita a la reflexión sobre una etapa crudísima de nuestra historia reciente. Y la mayor diferencia de todas: 30 millones bien invertidos en “District 9” contra 120 despilfarrados en “Elysium”.


Jodie Foster, prototipo de supervillana de culebrón



Vale, sí, lo admito… Hay cosas buenas. Y son las únicas que tienen en común ambas cintas: Sharlto Copley, que destaca como nadie ya sea protagonista o secundario, y el diseño de producción: cuidado hasta el detalle y verosímil en el marco de la historia. No tengo más buenas palabras para este estreno; no se pueden sostener dos horas de película sobre fuegos artificiales carísimos. ¿Qué es un listado de efectos especiales sin un guión que valga la pena? Un blockbuster de verano. Pues claro. 


Sharlto Copley, muy grande





0 comentarios: