Cambios radicales que valen un Oscar
Matthew McConaughey, que ha sido recientemente nominado al Oscar por su papel como el enfermo de SIDA Ron Woodrof en Dallas Buyers Club, tuvo que adelgazar más de veinte kilos para dar vida al protagonista de esta película, que podremos ver en España a partir del 14 de marzo.
Matthew, que lleva un tiempo encasillado como rey de la comedia romántica, decidió darlo todo en esta producción con el objetivo de llevarse la estatuilla y consolidarse como uno de los grandes actores de Hollywood. Como él, muchos actores decidieron someterse a un cambio físico drástico para interpretar los papeles que, en varios casos, les consiguieron el Oscar o, al menos, la nominación:
Christian Bale
Perdió peso para: El Maquinista (2004)
Ganó peso para: Batman Begins (2005)
El director de El Maquinista, Brad Anderson, no le pidió a Bale que perdiera ni la mitad de peso que el actor decidió perder para El Maquinista: 30 Kg que lo dejaron en un estado de salud pésimo y que Bale consiguió a base de mucha fuerza de voluntad y una dieta consistente en una manzana y una lata de atún al día. El actor reconoce que siguió adelante porque estaba "intrigado por ver si era capaz de ir más allá de lo que era sano y seguro, y averiguar si era capaz de empujar su cuerpo al límite".
Luego, en apenas cinco meses, tuvo que ganar casi 50 Kg para encarnar a Batman en la cinta de Chistopher Nolan, un peso que volvió a perder para el papel de Dicky Eklund en The Fighter, con el que sí obtuvo el Oscar.
Robert De Niro
Ganó y perdió peso para: Toro Salvaje (1980)
Después de leer la autobiografía de Jake LaMotta durante el rodaje de El Padrino, parte II, De Niro convenció a Scorsese para rodar Toro Salvaje. Su dedicación al personaje llevó a De Niro a entrenar con el objetivo de ser boxeador profesional (ganó dos campeonatos durante su preparación) y a engordar, durante el rodaje, casi 30 kilos para una sola escena en la que encarnaba a un LaMotta mayor y con sobrepeso.
El esfuerzo de Robert De Niro tuvo su recompensa cuando ganó su segundo premio Oscar (la película también se llevó una estatuilla por su montaje), y Toro Salvaje se convirtió en un clásico que, según Scorsese, "le salvó la vida".
Renée Zellweger
Ganó peso para: El Diario de Bridget Jones (2001)
Perdió peso para: Chicago (2002)
Acostumbrados como estamos a verla en su papel de Bridget Jones, parece que el peso de la frustrada y simpática Bridget es el mismo que el de Renée, pero lo cierto es que la actriz tuvo que ganar 15 kilos para la película que la hizo famosa, un peso que tuvo que perder en pocos meses para rodar Chicago.
Renée entrenó dos horas al día, seis días a la semana, para conseguir el cuerpo de bailarina de Roxie, el papel por el que consiguió el Oscar al que "Bridget" estuvo nominada.
Anne Hathaway
Perdió peso para: Los Miserables (2012)
Ganó peso para: El caballero oscuro: La leyenda renace (2012)
Para su papel de Fantine en Los Miserables, Anne Hathaway tuvo que hacer un esfuerzo extra además de raparse la cabeza: la actriz perdió 10 Kg en tres semanas gracias a una dieta de 500 calorías diarias a base de rábanos y hummus. El papel le valió a Hathaway el Globo de Oro y el Oscar a la mejor actriz de reparto.
Natalie Portman
Perdió peso para: Cisne negro (2010)
Antes de comenzar el rodaje de Cisne negro, Natalie Portman estuvo seis meses aprendiendo ballet con Mary Helen Bowers, una exbailarina del New York City Ballet. Cuando comenzó el rodaje, la actriz tuvo que someterse a una dieta vegana muy estricta, ensayos de seis horas diarias (antes y después de rodar) y natación como ejercicio alternativo cuando sus articulaciones ya estaban al límite.
Portman se tomó muy en serio su papel de bailarina, igual que su compañera Mila Kunis, y la Academia le otorgó su Oscar a la mejor actriz en el 2011, la única categoría ganadora de las cinco a las que estuvo nominada la película.
Por Amartrey
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