El cuarto álbum de Cheryl, ex Cole y ahora Férnandez-Versini, comienza con una lectura de Alan Watts: ¿Qué es lo que realmente deseo? El discurso habla sobre encontrar el camino que uno quiere tomar en la vida, aunque tras escuchar Only Human se podría devolver la pregunta a la propia Cheryl, porque parece más perdida que nunca. Tras la solidez de A Million Lights, su anterior album, el comeback de la ex Aloud es un batiburrillo de estilos que no conducen a ninguna parte.
Varias cosas caracterizan a Only Human, pero la primera y más esencial es la absoluta falta de coherencia. Crazy Stupid Love pudo hacer creer que el disco iba a ser pop y divertido, concepto que apoya I Don't Care aunque incline más hacia el dance. Pero no, aquí se termina el cupo de diversión. El álbum está lleno de baladas y mid tempos bastante aburridas y repetitivas y sin melodías reconocibles o tarareables. Entre ellas destaca el tema que da título al disco, Only Human, que pese al abuso de vocoder consigue ser pegadiza y emocionante, algo que no logra hacer ninguna de las otras. Es sin duda la mejor balada de la carrera de Cheryl, aunque teniendo en cuenta el nivel de las anteriores - mención especial a la desastrosa Don't Talk About This Love - tampoco es especialmente meritorio.
A mitad del disco nos encontramos con cortes dance pop, como It's About Time o Stars, que habrían estado de moda si las hubiese sacado Alexandra Burke en el año 2010, pero que a día de hoy no aportan nada y hacen destacar las carencias de Cheryl como vocalista. Y del dance pop nos pasamos al R&B comercial con Throwback, que suena al Jason Derulo de Whatcha Say o All In One Night, que es un poco el hermano pequeño de Guetto Baby. Coming Up For Air, la colaboración con Joe Compass es la más interesante de las propuestas urban del disco, un tema mucho más sucio que intenta acercarse al sonido de The Weeknd y que tiene armonías vocales interesantes, pero tampoco llega a encantar.
Y si decíamos que Only Human es la mejor balada que ha hecho Cheryl jamás, en Yellow Love nos encontramos el mayor despropósito de su carrera, y ya no solo en solitario sino también con Girls Aloud. No solo es incomprensible que una canción de tan poca calidad consiga colarse en el track list de cualquier disco de un artista medianamente conocido, es que encima la voz de Cheryl suena mal, fatal, desafinada incluso, un flaco favor que le hace al disco y a sí misma. La co-autoría del tema es de su compañera Aloud Nicola Roberts, que participa en otros tres temas. Por no hablar de Fight On, un tema dirigido a sus soldiers - nombre con el que se conocen sus fans - y que es sencillamente insalvable.
Como a veces suele pasar, tenemos que llegar a los bonus tracks de la versión deluxe para encontrarnos con canciones que superan con creces la mayoría de los del disco: Tattoo y Firecracker. La primera tiene la melodía más instantánea tras los dos singles, y la segunda es una composición de Sia que debería ser el tercer y último single, por seguir al menos la línea pop divertida que se ha mantenido hasta ahora.
W T F : Apartado especial merecen Live Life Now y Goodbye Means Hello. La primera es una canción hablada por Cheryl y que básicamente redunda en el mensaje del texto de Alan Watts incluido como intro. Repetimos, canción hablada, como si Cheryl fuese la Maya Angelou del 2014. Y la segunda es, aparentemente, el tema estrella de Nicola Roberts para este disco, y pese a estar co-escrita por cinco personas más y samplear otros dos temas, no consigue arrancar. Los "cu cú" del principio se los podían haber ahorrado.
Se salvan: I Don't Care, Only Human, All In One Night, Coming Up For Air, Tattoo, Firecracker. Aunque no haya propiamente ninguna canción cinco estrellas, sí es verdad que estas seis pasan la criba. Si a estas seis añadimos Crazy Stupid Love, Waiting for Lightning y Throwback nos faltaría un tema para tener un disco de 10 canciones bastante más decente que el despropósito de 18 que finalmente ha resultado.
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